Guía de Ética Profesional: Los dilemas más comunes en seguridad.

Introducción: La Brújula Moral del Guardián

Un profesional de la seguridad opera en una zona gris. Se le confía poder, acceso e información que superan con creces los de un empleado promedio. Se le pide que haga cumplir reglas, que confronte a personas y que tome decisiones en fracciones de segundo que pueden tener consecuencias profundas. En este entorno de alta presión, el manual de procedimientos y el código penal solo pueden llegar hasta cierto punto. Tarde o temprano, cada profesional se enfrentará a situaciones donde la línea entre lo correcto y lo incorrecto se vuelve borrosa, donde la lealtad choca con el deber y donde la decisión correcta no es la más fácil.

Estos son los dilemas éticos. Son las pruebas de fuego que definen el verdadero carácter de un protector. La ética profesional no es un concepto abstracto para ser discutido en un aula; es la brújula moral interna que guía las acciones de un agente cuando no hay un supervisor mirando y cuando el manual no ofrece una respuesta clara. Una decisión éticamente sólida construye confianza y protege la reputación. Una decisión éticamente comprometida puede destruirla, junto con la carrera del profesional y la credibilidad de su empresa.

Este artículo es una guía para navegar esas aguas turbulentas. No le daremos respuestas fáciles, porque en la ética rara vez las hay. En su lugar, exploraremos los dilemas éticos más comunes que enfrentan los profesionales de la seguridad en el terreno y le proporcionaremos un marco de pensamiento para ayudarle a analizar estas situaciones y a tomar la decisión más defendible, honorable y profesional posible.

1. El Dilema de la Lealtad vs. la Integridad

Este es, quizás, el dilema más frecuente y doloroso.

  • El Escenario: Usted está en turno con un compañero al que respeta y en quien confía. Durante una ronda, le ve cometiendo una falta: durmiendo en su puesto, dejando una puerta crítica sin asegurar o tratando a un visitante de manera poco profesional. Usted sabe que reportarlo podría costarle a su compañero su trabajo. No reportarlo compromete la seguridad del cliente y viola sus propias responsabilidades.
  • El Conflicto: La lealtad a un amigo y el instinto de «no ser un soplón» chocan directamente con su deber profesional y su integridad.
  • El Marco de Decisión:
    1. Evalúe el Riesgo: ¿Cuál es la consecuencia potencial de la falta de su compañero? Dormir en el puesto en un sitio de bajo riesgo no es lo mismo que en una instalación de infraestructura crítica. La gravedad del riesgo debe pesar en su decisión.
    2. Considere la Confrontación Privada (con precaución): En casos menores, podría hablar con su compañero en privado primero. «Oye, te vi cabeceando. Sabes que no podemos hacer eso. Si el supervisor te ve, estás fuera». Esto le da la oportunidad de corregir su comportamiento.
    3. La Línea Roja: Si la falta es grave, repetitiva o pone en riesgo inminente la seguridad de las personas o los activos (ej. un agente intoxicado, un robo), la confrontación privada no es una opción. Su deber principal no es con su compañero, es con la misión de protección.
    4. El Reporte Objetivo: Si debe reportar, hágalo de manera fáctica y sin emociones. Reporte lo que vio, no sus opiniones. «A las 03:15, durante mi ronda, observé al agente X dormido en el puesto de control Delta». Deje que la cadena de mando tome la decisión disciplinaria.
  • Principio Rector: La integridad a largo plazo de la operación de seguridad y su propia reputación profesional siempre deben prevalecer sobre la lealtad personal a corto plazo.

2. El Dilema de la Discreción vs. el Deber de Actuar

Se le contrata para observar y reportar, pero a veces lo que observa le pone en una posición moralmente compleja.

  • El Escenario: Usted es un agente de seguridad en un edificio corporativo. A través de las cámaras o en una ronda, observa a dos ejecutivos de alto nivel teniendo una aventura, o a un empleado viendo material inapropiado en su ordenador, o a alguien llevándose material de oficina de poco valor. Ninguna de estas acciones es estrictamente un crimen o una amenaza de seguridad inmediata, pero pueden ser violaciones de la política de la empresa.
  • El Conflicto: ¿Es su trabajo ser la «policía de la moral»? ¿Reportar un incidente menor podría ser visto como un exceso y dañar su relación con el personal? ¿Ignorarlo podría ser visto como negligencia si el comportamiento escala?
  • El Marco de Decisión:
    1. Consulte sus Procedimientos (POE): Su primer paso es revisar las consignas de su puesto. ¿Hay directrices claras sobre este tipo de incidentes?
    2. Evalúe la Materialidad: ¿El acto afecta la seguridad y la protección de los activos? El robo de material de oficina, aunque menor, es un problema de seguridad de activos. El comportamiento personal entre dos adultos que consienten, aunque sea poco profesional, generalmente no lo es, a menos que cree un entorno de trabajo hostil o viole políticas específicas que se le ha ordenado hacer cumplir.
    3. Documente, No Acuse: En caso de duda, la mejor acción es documentar objetivamente el evento en su bitácora. «A las 14:30, observé al empleado Y en el ordenador Z viendo contenido no relacionado con el trabajo». Esto crea un registro sin que usted tenga que hacer un juicio de valor.
    4. Escalar a la Cadena de Mando: Informe a su supervisor de los hechos y deje que él o ella decida si el incidente debe ser escalado a Recursos Humanos o a la dirección del cliente. Su trabajo es recopilar y reportar la información; la decisión final a menudo recae en un nivel superior.

3. El Dilema del «Pequeño Favor» (La Pendiente Resbaladiza)

La corrupción rara vez comienza con una maleta llena de dinero. Comienza con un pequeño favor.

  • El Escenario: Un empleado con el que tiene una buena relación le dice: «Oye, olvidé mi tarjeta de acceso, ¿puedes dejarme entrar rapidito?». O un proveedor le ofrece un almuerzo gratis o un pequeño regalo.
  • El Conflicto: Parece inofensivo y grosero decir que no. Quiere ser servicial y mantener buenas relaciones.
  • La Consecuencia Costosa: En el momento en que usted rompe un procedimiento por un «pequeño favor», ha establecido un precedente. Ha demostrado que las reglas son flexibles. La próxima vez, el favor puede ser un poco más grande. Esto erosiona su autoridad y le abre a la manipulación.
  • La Solución Estratégica: Sea cortés pero firme. «Lo siento, Juan, pero el procedimiento me exige que verifique tu identidad y te registre como visitante sin credencial. Son las reglas para la seguridad de todos». Al culpar al «procedimiento», usted despersonaliza el «no» y lo convierte en una cuestión de política, no en un rechazo personal. Rechace siempre los regalos que vayan más allá de un gesto simbólico y de bajo valor.

4. El Dilema del Uso de la Fuerza: ¿Cuánto es «Suficiente»?

Este es el dilema con las consecuencias más graves.

  • El Escenario: Se enfrenta a un sujeto no cooperativo pero no violento. La situación comienza a escalar. Usted siente la necesidad de usar la fuerza para controlar la situación.
  • El Conflicto: ¿Qué nivel de fuerza es «razonable y necesario»? ¿Cómo se asegura de no usar una fuerza excesiva que podría resultar en lesiones y en cargos penales y civiles en su contra?
  • El Marco de Decisión:
    1. El Continuo del Uso de la Fuerza: Su mente debe estar entrenada para pensar en términos del modelo de fuerza progresiva. Su nivel de fuerza debe ser siempre proporcional y en respuesta directa a la acción y el nivel de resistencia del sujeto.
    2. De-escalación Continua: Incluso cuando usa la fuerza física, sus comandos verbales deben continuar. «¡Deténgase! ¡Ponga las manos en la espalda!». Esto demuestra que usted sigue intentando obtener el control con el mínimo de fuerza posible.
    3. Articulación Post-Incidente: La batalla ética se gana a menudo en el informe. Debe ser capaz de articular claramente por qué eligió un nivel de fuerza específico, basándose en la conducta del sujeto y en la amenaza que percibió en ese momento.

Conclusión: Su Carácter es su Escudo

Los dilemas éticos son inevitables en una carrera de seguridad. No hay una aplicación que le dé la respuesta correcta. La única herramienta que tendrá en esos momentos es su carácter, forjado a través de la formación, la experiencia y un compromiso personal con un código de honor.

Piense en estos escenarios antes de que ocurran. Discuta estos dilemas con sus colegas y supervisores. Decida de antemano qué tipo de profesional quiere ser. Al construir una brújula moral fuerte y bien calibrada, usted se asegura de que, cuando se enfrente a la zona gris, sus acciones no estarán guiadas por el miedo o la conveniencia, sino por la integridad. Y ese es el sello de un verdadero guardián.

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